¿Qué determina, las poses, y declaraciones vertidas por el principal
representante del ahora derrotado Masismo, y que actualmente funge de
Presidente de Bolivia?, el mismo que muy suelto de cuerpo, se cree con derecho
de insultar y agraviar a todos quienes han participado de manera democrática,
en contra de su preferencia?, con un discurso elemental, invariable y saturado,
tildándo de derechistas, imperialistas, capitalistas, neoliberales, vende
patrias, traidores, a todos quienes votaron en contra de su partido y en contra
su propia personal campaña, de apoyo a sus, en muchos casos corruptos
candidatos?.
En muchas oportunidades, nos ha tocado a nosotros como
ciudadanos, enfrentarnos a actos de injusticia, generados por la actitud de
personas, que pretenden llevar adelante sus caprichos e intereses, sin
consideración alguna, en las que muchos de los que injurian, se encuentran prevalidos
por ideas fijas incrustadas en sus mentes, las mismas que además, encuentran
solidaridad en otros similares, haciendo todo un cuerpo de injusticia y dejándonos
en la desolación más absoluta.
La elementalidad situada en las personas, parten de
prejuicios o de creencias largamente adoptadas, sin un mínimo de crítica, los
mismo que a cada logro, se afianza, aún más en dicha elementalidad; lo único que
se opone a ésta, es la alta cultura, cultura cifrada en una también larga
lectura, pero no cualquier lectura (leyendo y recitando enajenadamente citas de
libros ya sean religiosos o ideológicos, que logran su objetivo de mayor
fanatismo), sino aquella lectura variada que genera crítica, ya sea posponiendo
o anteponiendo, pero crítica al fin.
En la medida que la cultura se incrementa, correlativamente también
se acrecienta la sensibilidad, y en la medida en que ambas crecen, se desarrolla
un alto nivel comunicativo, y de tolerancia hacia las divergencias y
diversidades, generándose así el alto espíritu y amplia visión que determina la
calidad del estadista, en aquellas personas que proyectan nuevas utopías.
Bolivia se place de haber contado con un gran estadística,
el Dr. Victor Paz Estensoro, este personaje ha logrado ser la síntesis, de un
momento histórico a la misma que supo proyectarlo, ha logrado con cuatro
simples medidas, un cambio profundo en la Bolivia de entonces, la
nacionalización y muerte de la rosca minero-feudal, el desarrollo de la
integración nacional con la marcha al oriente boliviano, la reforma agraria y
el voto universal. Precisamente este último aspecto ha posibilitado, que las
grandes mayorías, denominados otrora, campesinos (y hoy denominados indígenas),
se integren a la vida nacional con calidad de electores y elegidos.
La gran mayoría de este ser nacional situado en un 70 por
ciento de la población en el área rural (en
épocas de la revolución), lo determinaban como sujeto marginal y sin
determinación, dando cabida a paradigmas de inclusión y protagonismo de este
ser, en el que hacer nacional, sus paradigmas, de AMA KELLA, AMA SUA, AMA
LLULLA, irrumpían en todo el escenario nacional, como sinónimo de logro y de búsqueda
contra la corrupción, generada supuestamente por, la derecha, los capitalistas,
pro imperialistas, neoliberales, discriminadores y traidores, toda una lista de
epítetos bien estigmatizados, pero jamás reflexionados .
Al final la mayoría se hizo carne, y la utopía del voto
universal, tuvo su máximo logro, eligiendo como presidente de Bolivia, a Evo
Morales Ayma, quien decidió finalmente refundar a la Nación, cambiándole su
nombre, y dándole un matiz pluricultural, definiendo la supuesta alta
diferenciación entre naciones, haciendo que nación sea sinónimo de minoritarios
grupos étnicos, definidos en 36 y dominados por tan solo 2 (quechuas y
aymaras), que a título de multinacionalidad, acapararon puestos de poder,
dejando en la marginalidad a los restantes; todo esto acompañado de un
fanatismo estrangulante, que hizo perder la noción del ser nacional, para
mimetizarse en micro nacionalidades, haciendo alarde irónicamente de su
antidiscriminación, y ninguneando a esta clase media crecientemente urbana y
que cada vez se vuelve más mestiza, ya sea por su nueva adscripción y
convivencia ciudadana en centros urbanos o por adopción de nuevos estilos de
vida.
El paradigma indigenista fracasó; la República fue hecho
añicos, la plurinacionalidad, afincada en trasnochadas ideas, pretendieron renegar
de más de 500 años de historia, buscando pilares, en épocas del perdidoso
imperio incaico, que se sumió en la desvergüenza del fácil sometimiento, desde,
un monarca de piel y carne semejante conocido, a un monarca aún más poderoso, jamás
visto, que vive allende los mares, y por lo tanto más idealizado, generando un
correlato del súbdito aún más sometido.
Similarmente y para culminar este fallido intento, la
idealización de un presidente indígena, como máximo logro del voto universal,
finalmente se ha logrado; pero también y con ello hemos descorrido las ventanas
y encontrado nuevamente la luz, a partir
de que no solo era cuestión de identidad, la cuestión es mucho más compleja, a
la que se debe dar un nuevo paradigma, real y vivible, la misma que es la recuperación
de la República de Bolivia, pero con calidad federativa, no hay otra.
Ojo!!!, Simplitud, no confundir MNR con Victor Paz
Estensoro, este supo hacer su instrumento para el logro de sus utopías, ahora
el MNR, no tiene ninguna utopía ni ningún estadista.