domingo, 9 de noviembre de 2014

REFLEJOS EN LA CIUDAD DE LA COLINA DE LOS MARAVILLOS AÑOS 1600



El siglo en que los Quijotes abundaban en las tierras del Potosí, con sus armaduras y cabalgaduras, empuñados de lanzas y espadas, estos se encontraba predispuestos constantemente a lavar las deshonras ocasionados por forajidos a las dulcísimas doncellas, hijas de hidalgos hombres y mujeres; los mismos que en su afán de lograr la riqueza de manera inmediata, tomaron la inmensa geografía formado de bosques de hermosas queñuas que durante milenios se habían formado en ese plano inclinado que naciendo en las faldas del cerro rico se desbordaban en declive hacia el pueblo abarrotado de artesanos indígenas de Catumarca, quienes abastecían con sus productos de minería a los explotadores del otro gran cerro de Porco, mucho antes del inicio de la explotación del venerable Sumaj Orcko.

El bosque de queñuas, cada una de ellas con una identidad única generada a través de sus caprichosas ramas más parecidas a enredaderas gigantes, asentadas en el inmenso manto verde del musgo resbaladizo constantemente irrigados por los miles de vertientes o  manantiales de agua cristalina de altísima pureza, que brotaban expulsados por esa inmensa cantidad de agua  en esa hermosa transición de cuencas de la endorreica a la del plata, bosque de queñuas que desapareció en la inmensa necesidad que requerían las huarias donde se fundían la plata.

Precisamente el asentamiento urbano de sus inicios fue en plena falda del Cerro Rico, situadas entre los 4060 a 5000 metros de altura, dada que la extrema humedad gélida de aquellos suelos situados entre los 3700 a 4060 impedían la expansión urbanística, sino hasta los actuales años, en que recién se logró dominarlos, definiéndose como la zona de mayor expansión urbanística, incluida edificios, campos deportivos y modernas terminales, generándose la nueva ciudad altamente diferente al casco antiguo de los años 1600.

Los maravillosos años 1600, llenos de milagros, desasosiegos y leyendas, gestadas como retumbo del conflicto religioso del viejo mundo, entre la Santa Inquisición y las casas de Brujas de los recientemente escindidos Protestantes del Catolicismo, que generaban la confusión reinante en el pueblo recién conquistado, donde moros y cristianos posibilitaron el crecimiento de la gran urbe que más que urbe en la extensión de la geográfica, resulto en un gran hacinamiento de 160 mil personas, circunscritas en una veintena de cuadras, de las que emergieron de manera simultánea, rufianes por montón y santos varones que aún esperan su canonización, no obstante la actual parafernalia de nominar santos no necesariamente milagrosos, como si lo fue Fray Vernedo, cuyos restos aún se conservan intactos, en una céntrica iglesia, del cual salen en misteriosa procesión la virgen del Rosario en octubre de cada año, la misma que en todo su recorrido recibe ofrendas de arreglos multicolores echadas desde los balcones hasta finalmente volver a su recinto, con un previo baile acompasado en un balanceo sincrónico que vuelven emotivo su despedida e introducción hasta próximo año, en el templo de Santo Domingo. Procesión esta que trae a memoria las célebres procesiones de antaño, donde las calzadas eran adoquinadas por plata pura, en todo el trajín del Corpus Cristi.

Como en toda gran urbe, los conflictos y contradicciones así como las manifestaciones de todo tipo se encontraban a la orden del día, en un cerro del cual bastaba una pala y picota, para sacar la plata que fluía en la piel misma del cerro rico, sin necesidad de excavar los posteriores profundos socavones, que actualmente requieren de alta tecnología, para lograr la explotación de la constantemente inundable profundidad, la misma que ocasiona que los mal denominados cooperativistas terminen de derrumbar al creador de la ínclita ciudad de la Villa Imperial de Carlos V.

La ciudad de las colinas, el gran Potosí, también genero los primeros gritos libertarios de América Latina, en pleno inicio del siglo XVII, más propiamente en primer cuarto de dicho siglo (1620-1625), donde Vascongados y Vicuñas, replicaron la lucha descrita por Shakespeare de Montescos y Capuletos, de cuya trifulca resulta el maravillo romance de Romeo y Julieta, así también, en las callejas estrechas retumbaron, los choques de sables, escribiéndose varios romances y tragedias provenientes del odio a  muerte entre ambos grupos potosinos, donde el héroe Alonso de Ibañez, propino el primer grito libertario dos siglos antes de la emancipación.

Potosí, el último refugio del realista, que como todo tesoro, es lo último que se resguarda, aun a costa de la propia, vida, así también este que soñó la creación del Virreynato del Alto Perú, independiente del de Lima y La Plata, encontró la muerte y con ello finalmente la definitiva liberación de toda América Latina, posteriormente vinieron los desdeñosos de la gloria a pisar su cima, y comparar su tarea libertadora menoscabando la gran historia de la creación del Principio Potosí, y su enorme incidencia en el capitalismo mundial.

Honor y gloria a todos aquellos potosinos que propiciaron la creación de la Nación y ahora desdeñada República de Bolivia.

Viva Potosí Federal!!!
, viva el 10 de noviembre!!!!

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