Las proyecciones poblacionales de los 339 municipios existentes en el País, que se vienen realizando desde 1976, año este, en que la regularidad censal se implementó en nuestro país, habiéndose realizado desde dicho año, 3 eventos censales, en los años 1992, 2001 y el último altamente criticado 2012.
Sin duda la experiencia desarrollada desde esos años, deberían permitir contar con una excelencia técnica, afincada en la acumulación técnica de los funcionarios del INE, y mucho más en el adelanto tecnológico, dada la existencia de procesadores con velocidades increíbles que permiten contar con resultados casi inmediatos.
No obstante la realidad nos está demostrando, que no solo, que no hemos capitalizado la gran experiencia adquirida, debido al excesivo involucramiento político, que ha generado una inestabilidad en los funcionarios, en otros casos los emolumentos excesivamente bajos, han hecho que muchos migren a otras fuentes de trabajo, y finalmente la alta dirigencia ejecutiva del INE, que actualmente dirige dicha institución, la misma que sin mayor experiencia, ha creído que un evento censal era como un paseo, como Pedro por su casa.
Los resultados obtenidos de dicho censo demuestran el alto fracaso, y despilfarro de aproximadamente 38 millones de dólares, aun cuando en el 2001, dicho evento censal apenas llego a costar cerca de 9 millones de dólares, esto quiere decir que se ha incurrido en un mayor gasto, pero se ha tenido un pésimo resultado, que se demuestran en las inconsistencias de los datos arrojados hasta ahora, y que la dirigencia del INE ante tal evidencia, tiene miedo a proseguir presentando los resultados de dicho fracaso, puesto que incluso, los datos por municipios, no publicados el 31 de julio del presente año, muestran esta especie de ocultar la cabeza, y dejar en otros la responsabilidad del mismo, tal y como aconteció con la publicación en anexos del decreto 1672, en donde se encuentra la población censada por municipio y su factor de distribución de los recursos por coparticipación tributaria.
Precisamente y a partir de dicha publicación del Decreto 1672, se muestran las inconsistencias, respecto a la distribución poblacional, las proyecciones y diferencias intercensales.
Empecemos por mostrar las extremas diferencias entre los proyectado y los resultados oficializados por el INE, dichas proyecciones se encuentran en el censo del 2001, cuando se esperaba que Bolivia cuente en el 2012, con una población de 10,83 millones de habitantes a diferencia de los 10,03 millones oficializados por el INE, con una diferencia de un 7,4 por ciento. Incluso los organismos internacionales como el Banco Mundial, preveían para el 2012, una población cerca a los 10,60 millones y para el 2015 de 10,80 millones, basados estos en estadísticas manejadas desde el 1950.
Para sorpresa de todos, encontramos que dichas proyecciones se han truncado y que cerca de 800 mil habitantes han desaparecido; fácil es hablar de errores porcentuales previsibles, pero aquí un error del 2 por ciento, deviene en una pérdida de casi la totalidad poblacional de la ciudad de Potosí, siendo por lo tanto excesivamente licensioso, el manifestarse en estos tiempos de alta tecnología y altos recursos económicos erogados, en errores censales.
Pero volvamos a lo referido respecto a lo acontecido entre las proyecciones por municipio y los resultados oficiales, para ello nos haremos valer del mapa de diferencia entre lo proyectado y lo oficializado, en esta comparación nos encontramos con grandes sorpresas, entre las mas resonantes, se encuentran los municipios que perdieron mas de la mitad de su población proyectada, esto es que de cada 10 habitantes, más de 5 se perdieron, entre estos municipios se encuentran los siguientes: Tahua, Tacachi, Huachacalla, Pojo, Cruz de Machacamarca, Exaltación e increíblemente Tiquipaya.
Sin embargo en el otro extremo (color verde oscuro) se encuentran aquellos municipios que habrían mas que duplicado su población proyectada, estos son los municipios de Todo Santos, Ingavi, Waldo Ballivian, Villa Nueva-Loma Alta, Escara, Sena, y San Pedro; estos dos últimos han triplicado a su población proyectada.
La mayoría de estos municipios corresponden tanto a Pando y Beni, determinándose que la atracción ya sea del Paichi (un riquísimo pescado), o pesca de otros tipos de pescado, realizada en los ríos Madre de Dios y Beni, estarían atrayendo a mas población que la extracción minera.
De los 339 municipios, más de la mitad (182) han perdido población en relación a los anteriormente proyectados, y 152 han incrementado a la población proyectada, de los que 108 han crecido en más del 50 por ciento de la población proyectada al 2012.
En una próxima estaré analizando la relación entre la población censada en los municipios en el 2001, con respecto a la población oficializada por el INE, hasta llegar a demostrar las verdaderas inconsistencias que ponen en entre dicho los resultados de este malogrado evento censal.
